Según el Índice de Trabajo Híbrido de Cisco, aunque desde el inicio de la crisis sanitaria ha habido un aumento del acceso remoto y de las VPN, los intentos de acceso fraudulento se han duplicado, en gran parte debido a la falta de formación y concienciación en ciberseguridad de los empleados. El número de fallos de autenticación debidos a dispositivos no actualizados aumentó un 33% en 2021 con respecto a 2020.

El reconocimiento facial es una técnica mediante la cual se reconoce a una persona a través de una imagen. Para ello, se hace uso de programas de cálculo que analizan imágenes de rostros humanos. Hay varios aspectos clave que se usan para la comparación, como la longitud de la nariz, el ángulo de la mandíbula o la distancia entre los ojos, entre otros. En los últimos años, las mejoras en los sistemas de reconocimiento facial han permitido que éstos puedan discernir en tiempo real entre fotografías y personas reales.

El reconocimiento de iris es una de las últimas soluciones de biometría que existen. Tal y como su propio nombre indica, usa las características del iris humano para identificar a un individuo. Los patrones de iris vienen marcados desde el nacimiento, tienen más de 200 propiedades únicas y no cambian con el paso del tiempo. El escaneado del iris se realiza con una cámara de infrarrojos que hace una fotografía de alta resolución al ojo para proceder con su identificación.

El reconocimiento vascular identifica a los usuarios mediante la geometría del árbol de venas del dedo o de la muñeca. A diferencia de la huella dactilar, este patrón biométrico es interno, así que no deja rastro y el robo de identidad es prácticamente imposible. Debido a estas características, está indicado para espacios de alta seguridad.

Las organizaciones están cada vez más conectadas a la red, y la información confidencial debe estar siempre bien protegida. Actualmente, el incremento en el uso de dispositivos móviles en entornos corporativos hace que sea necesario establecer herramientas de acceso remoto seguras, como las Redes Privadas Virtuales comúnmente conocidas por sus siglas en inglés VPN.

Una VPN es un servicio que permite el acceso remoto a la red interna de la empresa y a los recursos corporativos, como las bases de datos o el correo electrónico. Este mecanismo crea un túnel a través de Internet para garantizar el acceso remoto de forma segura.

Gracias a la VPN, los empleados pueden conectarse remotamente a los recursos corporativos, fomentando así la flexibilidad laboral y la conciliación profesional y personal.

Con la actual crisis sanitaria del coronavirus, muchas compañías han tenido que adoptar el teletrabajo para continuar con su actividad. Sin embargo, algunas de ellas han obviado los riesgos de seguridad y privacidad en el teletrabajo, lo cual es un gran error. El trabajo remoto siempre requiere nieves adicionales de medidas de seguridad.

El primer paso para que los datos de la organización estén protegidos y a salvo es que todos los empleados conozcan la importancia de la ciberseguridad. Los planes de formación para los trabajadores son esenciales, tanto si trabajan de forma remota como si no.

La seguridad con contraseña es una forma efectiva de proteger los datos de una organización. El uso de un administrador de contraseñas permite generar contraseñas al azar, y las almacena de forma seg.

El uso de software de cifrado es otra medida en que las empresas pueden protegerse. Este tipo de programas protegen los datos de las organizaciones impidiendo el acceso de usuarios no autorizados.

Y, por último, hay que exigir a los empleados que tengan actualizados todos sus dispositivos, así como firewalls instalados en la última versión.

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