El cambio climático es una realidad y está empezando  a mostrar su cara más oscura en muchas regiones del planeta. En el caso español, la subida de la temperatura media, el incremento del porcentaje de zonas desérticas o en riesgo de convertirse en desiertos, así como los cambios en ecosistemas acuáticos únicos son una realidad palpable. Y los expertos calculan que los gobiernos de todo el mundo tienen tan solo un par de décadas para frenar esas consecuencias que se espera irán a peor. 

Muchos son los especialistas que alzan la voz y reclaman hechos, en lugar de compromisos que no se materializan. Algunos grupos científicos se apresuran en marcar como fecha límite el año  2040, y precisamente en ese horizonte urgen a los gobiernos de todo el mundo para que trabajen en pro de la transformación energética.

Las fuentes de energía renovables, gracias a la fabricación en masa de sus componentes, se han abaratado de manera importante y permiten seguir con nuestro modo de vida e incluso mejorarlo sin dañar al planeta.

Los datos avalan que las palabras han sido más que los hechos en la última década. De hecho, se calcula que desde 2010 no se ha alcanzado un incremento de la proporción de energías renovables con respecto a las más contaminantes. Tampoco se ha logrado que el parque de vehículos eléctricos sea superior al de los combustibles fósiles. Por lo tanto, toca pisar el acelerador poniendo la vista en esta década que comienza.

Sin embargo, los indicadores de costes demuestran que las energías renovables han vivido su mejor época. De hecho, convertir energía eólica en eléctrica cuesta ahora un 70% menos que en la década anterior y en el caso de la solar un 90% menos. Ocurre algo similar en el caso de los vehículos eléctricos, cuyos precios son cada vez más asequibles.

Pese a que todo parece indicar un panorama muy positivo para la apuesta por las renovables, lo cierto es que hay datos nada alentadores que incentivan a pisar el acelerador en lo que a transformación energética se refiere:

Según estas cifras, hasta el momento no se ha hecho todo lo que se ha podido y no queda otra alternativa que recuperar ese preciado tiempo. Hacerlo pronto supondrá salvar el planeta y crear cientos de empleos.

El Breakthrough Institute ha publicado recientemente un estudio en el que calcula que necesitamos apostar por las energías renovables hasta cinco veces más de lo que hemos hecho en la última década para que la incidencia sobre el cambio climático llegue a tiempo.

Todo ello con un horizonte puesto en alcanzarlo en 2040. De hecho, puede que todavía sea mayor la necesidad porque se calcula que el sistema eléctrico crecerá hasta 5 veces el actual por el incremento de la demanda debido al crecimiento demográfico, el nivel de vida y el crecimiento energético de nuevos sectores.

Este estudio avanza que de no hacerlo, el planeta se calentará al menos dos grados más, lo que sería fatal para los ecosistemas y causaría problemas  extremos y  encadenados en toda la Tierra. 

Las subvenciones y ayudas para la incorporación de las energías limpias son una manera de incentivar esas inversiones. Aunque desde la Unión Europea existen fondos para ello, por el momento no se ha generado el cambio que se perseguía. Ese retraso en el mismo supone que todos deben acelerar los procesos. Exige un compromiso de la sociedad, de los gobiernos, de las empresas y de los ciudadanos por algo que nos atañe a todos: el planeta.

En caso de que en tu empresa te estés planteando algún tipo de inversión para mejorar la eficiencia energética de tu negocio, o para implementar energías limpias en el mismo, recuerda que existen diferentes tipos de ayudas y subvenciones que pueden abaratar considerablemente los costes.

Consúltalas antes de ejecutar el proyecto!