La transformación digital se define como la integración de las nuevas tecnologías en todos los departamentos de una empresa, cambiando fundamentalmente la forma en la que ésta lleva a cabo su actividad y aporta valor a los clientes. Implica una reestructuración completa de las estrategias, los productos y los procesos a través del aprovechamiento de la tecnología digital. Gracias a la transformación digital, las compañías actuales pueden responder de manera eficaz a los cambios en el mercado y a las nuevas demandas de los clientes. Para llevar a cabo el proceso de transformación digital, es requisito indispensable la implantación y el desarrollo de metodologías ágiles dentro de los departamentos, con el principal objetivo de ofrecer a los clientes productos de mayor calidad.
Las metodologías ágiles se definen como aquellas que permiten a las compañías adaptar su forma de trabajar a las condiciones de cada proyecto. De esta forma, se consigue una gran inmediatez y flexibilidad para el desarrollo de los proyectos, adaptándose con precisión a las circunstancias concretas del mercado. Las compañías que apuestan por esta metodología consiguen una gestión de los proyectos mucho más autónoma, eficaz y flexible con respecto a la forma de trabajo tradicional. Además, reducen los costes y aumentan la productividad aprovechando la digitalización.
Uno de los principios más importantes de las metodologías ágiles es la entrega de valor, lo que supone la entrega del proyecto a la mayor brevedad posible para conseguir una buena respuesta por parte del cliente y reducir el riesgo de invertir demasiado tiempo creando un producto que los usuarios no quieren. El equipo trabaja para obtener la mayor satisfacción del cliente y el producto es la métrica de progresión más importante.
Colaborar con los clientes es uno de los principales pilares sobre los que se asientan las metodologías ágiles. Sólo así las compañías pueden lograr información de valor para el negocio, permitiendo con ello que los equipos de desarrollo puedan ajustar y adaptar sus estrategias a la realidad del mercado de manera instantánea. Por lo tanto, los equipos deben estar en todo momento abiertos a los cambios y tienen que estar 100% involucrados en la cadena de valor.
Es interesante conocer cuáles son las ventajas de la gestión ágil de proyectos. Cabe señalar que mejora de forma notable la calidad del producto, lo que se traduce en una mayor satisfacción por parte del cliente. Las metodologías rápidas fomentan el enfoque proactivo de los equipos de trabajo en la búsqueda de la excelencia. Además, la comprobación, integración y mejora continua de las cualidades del producto mejora el resultado final.
El cliente, al verse comprometido e involucrado durante el proceso de desarrollo del producto, está más satisfecho. Mediante demostraciones, puede vivir en tiempo real las mejoras que se introducen en el proceso. A esto hay que sumar que los equipos de trabajo autogestionados facilitan considerablemente la capacidad de innovación y creatividad de los miembros.
La organización del trabajo es óptima gracias a la división del trabajo por diferentes equipos y roles. Se realizan reuniones periódicas para poner en común los avances. La oportunidad de revisar y adaptar el producto durante el proceso de desarrollo permite un mayor control y capacidad de predicción en lo que a costes y tiempo se refiere.
Una de las metodologías ágiles más utilizadas en la actualidad es Extreme Programming XP. Se trata de una herramienta de gran utilidad para startups y compañías que se encuentran en proceso de consolidación en el mercado. Su principal propósito es ayudar en la relaciones entre los empleados y los clientes, eliminando los tiempos muertos y planificando cada fase del proyecto.
SCRUM se basa en una estructura de desarrollo incremental. Es decir, cada una de las fases de desarrollo del producto se divide en pequeños proyectos divididos en distintas etapas: control, desarrollo y análisis. Esta metodología permite abordar proyectos de gran complejidad, que requieren de gran rapidez y flexibilidad para obtener los resultados deseados.
Uno de los perfiles profesionales más demandados a día de hoy por empresas de todos los tamaños y sectores de actividad es el de experto en seguridad. El número de ciberataques informáticos ha aumentado de forma exponencial en los últimos años, y la ciberseguridad se ha convertido en un factor muy importante dentro de las organizaciones.
Un alto porcentaje de compañías trabajan de manera híbrida, así que el analista de datos se ha convertido en un perfil profesional muy demandado. Se encarga de analizar los datos de forma estadística y hallar patrones que permitan desarrollar estrategias efectivas y tomar decisiones en base a datos fundamentados.
La digitalización está obligando a muchas compañías a diseñar arquitecturas, por lo que los arquitectos de tecnología en la nube también están muy cotizados en la actualidad.
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