Los procesos de seguimiento, monitorización y optimización son siempre necesarios en una pyme. En el caso de la tecnología, es imprescindible realizar auditorías tecnológicas periódicas en las empresas, con la intervención del equipo interno y de auditores externos que nos permitan mantenernos en el nivel óptimo tecnológico y ser competitivos.
Las pequeñas y medianas empresas centran sus esfuerzos en la actividad diaria, con el claro objetivo de lograr ingresos o ventas para mejorar la cuenta de resultados. Sin embargo, para que un negocio cuente con una máxima optimización en todos sus procesos, tan importante es la búsqueda de ingresos como otros aspectos relacionados con la gestión de la empresa.
Gestionar una compañía requiere una perspectiva a medio y largo plazo, y con ello la capacidad de analizar el momento actual, buscar puntos de mejora e implementarlos para ver nuevos resultados en el futuro. Este proceso de análisis del momento actual acostumbra a realizarse mediante una auditoría a la empresa, un completo examen de los procesos y actividades de una organización. Nos referimos a los procesos y actividades de nuestra organización para conocer si estamos realizando bien las cosas y por qué camino debemos continuar.
Hasta los años 80, el concepto de auditoría se centraba básicamente en la situación económica de la empresa, y se analizaban todos los procesos económicos, contables o financieros de la misma para asegurarse de que el funcionamiento era correcto.
Desde hace dos décadas y, sobre todo, en la actual, la auditoría de una empresa abarca otros aspectos de monitorización de las pymes que hace años no se realizaban. Uno de los más importantes es el tecnología, tanto que muchas pymes ya realizan auditorías tecnológicas específicas en la empresa.
En este caso, la auditoría tecnológica supone un análisis de todo el patrimonio tecnológico de la empresa y una correcta clasificación de todas sus tecnologías. Con ello podremos conocer en qué situación de innovación tecnológica se encuentra nuestra empresa, qué puntos más fuertes tiene y qué principales carencias en términos tecnológicos. Al final de la auditoría podremos determinar si la optimización tecnológica de la empresa es correcta o si hay que realizar mejoras.
Una auditoría informática empresarial, a grandes rasgos, consta de cuatro fases:
En la fase inicial se hace un estudio de situación para conocer la organización, su infraestructura, procesos, etc., y se determina el alcance de la auditoría, que aspectos se quieren mejorar en la empresa, que herramientas se van a utilizar, etc.
Durante la fase de ejecución se realiza la auditoría en sí, con el plan de trabajo previamente elaborado, y es donde se estudia a fondo el funcionamiento del área de la empresa determinada en la fase previa y las posibles mejoras que se pueden aplicar para optimizar el rendimiento, ya sea mediante la implementación o actualización de hardware/software, la reestructuración de procesos, etc.
El auditor, una vez finalizada la auditoría, elaborará un informe con todas las recomendaciones y posibles mejoras detectadas, con soluciones concretas, costes asociados y previsiones de las mejoras de rendimiento que se pueden conseguir.
Finalmente, como parte de la auditoría a la empresa, se debería llevar un control de la implantación de las soluciones recogidas en el informe, ya sea durante el propio proceso, o una vez finalizadas.
La realización de una auditoría tecnológica reporta todo tipo de beneficios a cualquier pyme, que al final dispondrá de toda la información y elementos necesarios para realizar mejoras y ofrecer a su negocio más potencial:
Lo cierto es que, para que una auditoría tecnológica sea lo más rica y completa posible, cuantas más personas intervengan en el análisis, de forma planificada y estructurada, mejores serán los resultados. Este es un aspecto que también es diferenciador respecto a las auditorías empresariales tradicionales, en las que principalmente participaban los cargos ejecutivos y la gerencia y contabilidad.
Las pymes pueden generar procesos participativos en los que altos cargos, cargos intermedios y el resto del personal aporten su grano de arena para analizar toda la tecnología de la empresa.
El CEO (Director) y el CTO (Director TI) tendrán un papel importante en la auditoría, y serán las personas que vehiculen el proceso. A ello habrá que unir un conjunto de expertos que puedan detallar el patrimonio tecnológico de la empresa y observar todo lo que sería necesario analizar.
En este punto es importante que las pymes valoren la posibilidad de incorporar a la auditoría a expertos externos en este tipo de servicios, principalmente por dos motivos.
Es por ello que existen empresas de consultores y auditores de tecnología que nos pueden ayudar, y mucho, a examinar y reconducir la estrategia tecnológica de la empresa.
De manera simplificada, la auditoría tecnológica es un examen de toda la tecnología y los procesos derivados de esta en la empresa. Sin embargo, dependiendo del tipo de actividad y de sector de la pyme, es importante no dejar de lado ningún aspecto de la empresa que nos permita auditar absolutamente toda la tecnología de la que disponemos:
Dentro de cada uno de estos puntos podemos detallar y clasificar cada tipo de tecnología más o menos, pero a grandes rasgos no deberíamos dejar ninguno de estos apartados para contar con un completo análisis de la infraestructura tecnológica de la empresa.
Como comentábamos, una vez realizado todo el proceso planificado para la auditoría, será momento de recabar toda la información y plantear mejoras que nos lleven a una situación óptima de nuestra tecnología en la empresa.
Será muy importante una correcta canalización de todo el análisis, y la participación de todos los actores internos y externos necesarios para transformar la auditoría en innovación y tecnología mejorada.
También deberemos tener presente que, si bien las mejoras conllevarán una inversión en los diferentes componentes tecnológicos de la empresa, como resultado también tendremos una empresa más preparada, con más posibilidades de mercado, con más solidez en el sector y con un equipo profesional más especializado.
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