Aunque parezca que sea mucho tiempo en realidad no lo es, teniendo en cuenta la evolución del correo electrónico y los grandes desafíos a los que se ha enfrentado. Desde que en 1961 se pusieran las bases de un sistema revolucionario, hasta que en este 2021 en plena pandemia se convirtiera en la forma de comunicación segura entre empleados de una empresa teletrabajando.

Una herramienta que puede estar sujeta a grandes retos, pero en esencia debe afrontar este nuevo medio siglo que empieza a partir de ahora con la capacidad de cambiar para siempre la manera de comunicarnos.

No solo queremos leer, también necesitamos trabajar o enviar grandes cantidades de datos. Si aquellos pioneros en el campo de la informática pudiesen ver los correos actuales, no podrían creer que de ese germen que se creó hace 50 años hubiera nacido un sistema global tan completo.

La historia del correo electrónico se remonta al año 1961, ha pasado medio siglo desde que el famoso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ofreció una demostración en la que varios usuarios podían entrar a un IBM 7094 desde terminales remotas a través de un mismo sistema.

Este germen del correo electrónico es en definitiva lo que es hoy, un sistema de comunicación, pero también de compartir información que conecta a millones de usuarios de todo el mundo a un solo clic.

En 1966 la llegada de los ordenadores en red propicio el uso de esta herramienta de forma más extendida entre empresas del sector de le tecnología. Unos años después, en 1971 Ray Tomlison inventó la conocida “arroba”, ese extraño símbolo que hoy en día es indispensable de cualquier teclado. En ingles significa ‘alt’ y en español ‘en’, de esta manera ana@gmail.com significa “Ana en gmail.com”.

Se considera que Raymond Samuel Tomlinson envió el primer correo electrónico de la historia. El proyecto antecesor de internet se llamaba ARPANET (Advanced Research Projects Agency Network) y estaba enmarcado en una forma de controlar los ordenadores en remoto en caso de conflicto bélico. En este marco, consiguió enviar mensajes entre las diferentes computadoras de ARPANET.

Sin el correo electrónico sería imposible pensar en las ventas online o en los millones de historias de amor que ha propiciado. Los mensajes van mucho más allá de simples palabras, son acciones que impulsan al ser humano a comprar, vender o amar.

A medida que han pasado los años ha llegado el ordenador personal y las múltiples opciones de mensajería que se adaptan en cierta manera a cada uno de los usuarios. Sea cual sea la marca del correo, forma parte de la persona. Es ya un signo de identidad de igual forma que lo son los apellidos o el teléfono, un dato más para poder saber más o conectar con esa persona desde cualquier parte del mundo.

Las empresas son las que más se han beneficiado del correo electrónico para poder desarrollar su trabajo. Ahorrando costes y consiguiendo grandes beneficios desde la distancia. El correo eléctrico de una empresa marca la diferencia, rapidez en la hora de contestar a los clientes, capacidad de comunicarse en equipo. Muchas son las directrices que esconde la forma de usar correctamente el correo electrónico.

Compartir datos también tiene sus riesgos y elementos perjudiciales. Es un elemento que causa estrés a algunos trabajadores ante la avalancha de correos y la forma de recibirlos o atenderlos.

La gestión de esta información y de los datos que los acompañan puede ser también un inconveniente o una ventaja dependiendo de cómo se mire.

El correo electrónico es una herramienta que debe optimizarse y asegurar para poder utilizarse de la mejor manera posible.

Asegúrate siempre de que conoces al remitente. Nunca abras un mail de alguien que no conoces y que te resulta sospechoso.

Nunca respondas al Spam. La carpeta de correo basura la puedes revisar para comprobar que está correcto, pero no sigas o respondas nada.

Utiliza una contraseña segura y nunca abras tu correo desde redes que no sean seguras, especialmente si se trata de un correo profesional.

Activa un filtro antispam. Cualquier empresa debe disponer de un sistema de filtrado para evitar la llegada del correo.

Con estos sencillos pasos podrás asegurar tu correo electrónico para evitar la llegada de cualquier elemento negativo que pueda perjudicar a tu empresa y a ti mismo.