Preocupó seriamente por la posibilidad de que estos servicios de alojamiento de datos se cayesen al no soportar la alta demanda. Obviamente, no has visto ninguna noticia parecida, con lo que no ha pasado. Sin embargo, esto ha sido así por el refuerzo de las compañías cloud y los expertos aseguran que todavía hay probabilidades de fracaso.
Si hay una cuestión relacionada con las TIC a la que la pandemia del coronavirus ha afectado de forma especial ha sido el incremento de la demanda en servicios en la nube o cloud. Ese pico de demanda que se produce por el cambio repentino hacia el teletrabajo y por el interés de aquellas empresas que todavía no estaban en la nube, en integrarse en este ecosistema.
Comprender cómo ha cambiado todo el ecosistema cloud con la pandemia, el confinamiento posterior y el teletrabajo como fórmula productiva puede no ser tan sencillo.
De hecho, piensa por un momento que todo aquello que hacías de modo complementario, o que se hacía solamente durante una parte de la jornada al día, o que nunca se hacía en el caso de las empresas que aún no estaban en la nube, se ha pasado todo al cloud.
Es decir, la demanda se ha multiplicado de manera exponencial. Eso supuso que la infraestructura y los equipos de gestión, pensados con unas capacidades “x”, tuviesen que ser reforzados al verse esta sobrepasada con creces.
Las empresas más importantes de testeo y comprobación de infraestructuras en la nube, Forrester y GlobalData realizaron informes del impacto del coronavirus en el sector y llegaron a unas cuantas conclusiones ya durante el mes de marzo. Las grandes corporaciones que ofrecen este tipo de servicios habían diseñado planes de contingencia que permitieron asumir el incremento de demanda y uso sin errores:
Se adoptaron importantes medidas para garantizar la capacidad y continuidad del servicio incluso cuando la demanda se desbordaba. Incorporaron o la respuesta a la pandemia en su planning organizativo y escalan regularmente para manejar los picos de demanda.
El gigante de las búsquedas apostó por la creación de un equipo de trabajo interno que se dedicase exclusivamente a mitigar los impactos de la Covid-19 en las empresas de sus clientes.
La demanda se incremento una media del 500% en sus herramientas de reunión y trabajo en remoto. Se aplicó un protocolo en el que garantizan la disponibilidad del servicio mediante la ejecución de múltiples instancias en lugares dispersos geográficamente.
Seguramente los avisos que se dieron al principio de la pandemia parecían reales. Ese incremento de la demanda que llegaba sin previo aviso podía hacer estallar todo por los aires. Las voces que volvían a poner en entredicho a la nube volvían a aparecer.
La otra cara de la moneda está, sobre todo en las empresas más pequeñas que proveen al mundo con estos servicios.
Hemos hecho mención a los gigantes internacionales. Esos que tienen una cantidad de medios enorme para enfrentarse a este gran reto, pero todavía queda por ver cómo afectará el mantenimiento de esta situación a medio plazo a los que no tienen esas dimensiones.
Si son capaces de adaptarse, sin duda crecerán. Si no es así y comienza a haber errores, puede que esta crisis también se los lleve por delante. Como en casi todo, aprovechar la oportunidad y tomar las decisiones más acertadas para afrontar los retos que se presentan puede marcar la diferencia.
En esta situación límite a la que hemos llegado sin previo aviso , al menos de manera generalizada (es cierto que la comunidad científica si había llamado la atención en más de una ocasión) para la que nadie estaba preparado, se han aprendido unas cuantas lecciones.
La primera de ellas es que estamos ante un sector en auge. La situación mundial ante la que nos hallamos ha impulsado a este sector , llevándolo incluso al límite.
Otra es que la digitalización es la única opción de futuro y se ha mostrado además, como una solución que tiene más aspectos positivos: conciliación, ahorro de tiempo en desplazamientos, ahorro de dinero en desplazamientos y menor daño medioambiental.
Cabe remarcar el hecho de que esto puede volver a ocurrir. Y ahora sí sabemos el modo de mitigar las situaciones de riesgo y conocemos herramientas, forzadas los último meses a mejorar, para seguir con la actividad diaria, al menos en los sectores en los que esto sea posible.
Vivimos en un mundo muy dinámico, cambiante a velocidades impensables hace unos siglos y en cierto modo imprevisible. Es por ello que el liderazgo en sectores como el tecnológico pasa por la capacidad de adaptación y de implementación de soluciones a corto y medio plazo. De pivotar y reinventarse si es necesario.
Y por supuesto de dar el siguiente paso hacia la digitalización.
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