Huella de carbono digital: ¿y si digitalizarse afecta negativamente al medio ambiente?

La huella de carbono digital es un tipo de contaminación que no se puede ver y que procede de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que produce el uso de las Tecnologías de Información y las Comunicaciones (TIC).

Según los cálculos de los expertos, supone entre un 1,8% y un 2,8% de las emisiones totales de CO2 a la atmósfera, y en la próxima década los seres humanos consumiremos el 20% de la energía generada en el mundo, y la huella de carbono digital será igual a la producida por el transporte.

Buena parte de lo que genera la huella de carbono digital se debe a la construcción y posterior mantenimiento de los centros de datos, cuya principal función es la de procesar todas las actividades digitales.

El hecho de que esta contaminación sea tan elevada no se debe tanto a a la actividad en Internet, sino al almacenamiento de los datos en el servidor, lo que requiere de suministro eléctrico y genera enormes cantidades de CO2. Una variable que influye en gran medida en las emisiones es el número de horas que un dispositivo está encendido. A pesar de que el Smartphone consume menos que una Smart TV, el primero suele estar encendido las 24 horas del día, y la televisión no.

Emisiones por el uso de las TIC

El cálculo de la huella de carbono es una herramienta para conocer el volumen de gases de efecto invernadero que produce una determinada actividad o servicio. Se mide en toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera, y es clave para elaborar iniciativas que permitan reducirla.

Según datos de la Global Footprint Network, desde 1961 la huella de carbono digital se ha multiplicado por 11 a nivel global. Tareas tan simples como enviar un mensaje a través de Facebook Messenger o borrar un correo electrónico antiguo también generan emisiones de GEI. Por lo tanto, el uso de las TIC también produce gases de efecto invernadero.

Facebook es la red social más popular del mundo, con más de 2.000 millones de usuarios activos a nivel global. Las emisiones anuales de carbono por usuario son de 299 gramos de CO2, según cálculos actuales.

Conducir un kilómetro en coche es el equivalente a enviar 65 mensajes de correo electrónico, y cada día se envían alrededor de 280.000 millones. En cuanto a las búsquedas en Google, cada una supone una emisión de 0,2 gramos de dióxido de carbono, según un informe publicado por El País.

Mantenimiento de los centros de datos

Un centro de datos es una instalación física centralizada donde se alojan diferentes equipos de TIC como redes y ordenadores. Existen centros de datos de todos los tamaños, y los más grandes pueden alojarse en un edificio entero. Algunas compañías que tienen muchos datos pueden necesitar más de un centro de datos.

Este tipo de instalaciones se pueden expandir fuera de sus instalaciones físicas con una cloud pública o privada para aumentar su almacenamiento, sus prestaciones o ambos. Los requisitos que se le exigen a un centro de datos moderno son los siguientes: suministro de energía fiable y abundante, refrigeración y medidas de seguridad físicas y virtuales.

El mantenimiento de los centros de datos permite mantener las características y las cualidades de los equipos y componentes para garantizar su disponibilidad. Los servicios incluyen la gestión operativa integral y la permanencia en sitio.

Cómo reducir la huella de carbono digital

Las grandes compañías ya han puesto en marcha diferentes soluciones para reducir la huella de carbono digital. Por ejemplo, Google ha desarrollado una serie de técnicas de refrigeración que permiten minimizar las emisiones de CO2.

Los particulares y las Pymes pueden llevar a cabo diferentes medidas para contribuir a la lucha contra el cambio climático. Una de las más efectivas es la reducir el tamaño de los documentos que se envían por correo electrónico para disminuir el peso del mensaje. También conviene borrar los e-mails que no sean de utilidad y cancelar la suscripción a newsletters que no se lean.

Ventajas del hosting verde

La energía eléctrica es el principal recurso que consume una empresa de hosting. Si dicho recurso procediera de una fuente de energía renovable, no se emitirían gases de efecto invernadero a la atmósfera y, por lo tanto, no se contaminaría.

El hosting verde utiliza energía renovable o, en algunos casos, energías más limpias. Por lo tanto, sus ventajas son muy amplias: evita la contaminación del medio ambiente, la energía generada es segura y permite aprovechar localizaciones con fuentes de energía renovable. Todo ello sin reducir lo más mínimo la funcionalidad como plataforma de hosting. Además, en caso de desmantelamiento, el proceso es muy sencillo y sin contaminar al medio ambiente.