Un influencer es una persona que a través de uno o más canales online, muestra sus intereses, gustos, opiniones, su rutina.. y con ello logra no solo captar la atención de muchos usuarios, sino que llegan a influenciar a sus seguidores.

Si en los seguidores no se produce algún tipo de cambio en sus pensamientos, formas de consumo, de estilo de vida, etcétera, no se consideraría un influencer.

Por ejemplo, los influencers ofrecen su opinión sobre algún tema de actualidad, también pueden recomendar un producto o servicio o bien, hablar de sus pasadas vacaciones o de un restaurante.

Aquellos influencers que hablan de temas muy específicos se consideran microinfluencers, mientras que aquellos que muestran su día a día y abarcan más esferas de la vida, son los que usualmente denominamos influencers.

Durante la pandemia los influencers también perdieron dinero, a pesar de que ganaron visibilidad, suscriptores, interacciones… pero, ¿cómo es posible?

El dinero que reciben los influencers proviene principalmente de dos canales: la publicidad de la plataforma en la que publiquen sus contenidos y la marca que les haya contratado para promocionar sus productos o servicios.

Es decir, los influencers siempre dependen de lo bien que les vaya a otros. Pues… su “venta” no es directa, a ellos no les pagan sus seguidores.

La publicidad: los anuncios en Youtube, Instagram, etcétera, bajaron su precio durante la pandemia, pues las empresas conscientes de que las personas estaban perdiendo poder adquisitivo o tenían miedo a gastar no iban a hacer demasiado caso de los anuncios. A su vez, muchas de ellas directamente dejaron de incluir anuncios, por los que los influencers perdieron ganancias.

Las empresas: por otro lado, antes de la pandemia muchas empresas contrataron a influencers para que hablaran de su marca o productos en sus videos y demás contenidos. Pero como en muchos casos aún se trataba de una apuesta poco segura, cuando las compañías comenzaron a perder poder adquisitivo, despidieron a sus influencers.

Pero… todo cambió a mediados de 2020. Tras el confinamiento muchas empresas comprobaron que no habían perdido tanto como creían y decidieron apostar a lo grande antes de que lo hiciera su competencia.

Como los canales de los influencers habían crecido en visitas, likes, interacciones… muchos apostaron por ellos y de repente, sus ingresos comenzaron a crecer exponencialmente.

Para que comprendas mejor este vaivén en los ingresos de los influencers en los últimos meses, te presentamos algunos datos:

Por lo tanto, en los últimos años los influencers cobran de media un 100% más que antes de la pandemia.

Sin duda alguna, se prevé que el marketing de influencia vaya en aumento.

No obstante, no parece que pueda volver a existir un crecimiento tan acelerado en los próximos años, por lo que el crecimiento se mantendrá.

Será menos acusado que en estos últimos años, pero algo más vertical que en los primeros años del marketing de influencia, cuando aún la palabra influencer parecía tener ciertas connotaciones negativas.

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