En 2020 hemos visto más patente que nunca que el debate sobre los derechos fundamentales y las nuevas plataformas de comunicación se ha incrementado. Las censuras que aplican redes sociales como Facebook en determinados problemas, al tiempo que permiten informaciones desde las que se generan mitos, bulos y se incentiva a la polarización política hace que la reflexión sea necesaria para incentivar cambios más democráticos en las políticas de esos nuevos medios.

Aunque no es una problemática que haya aparecido en 2020, sí que se ha de alguna manera popularizado. De hecho, ha habido varios escándalos relacionados con Facebook, Google o Twitter y se han abierto expedientes sancionadores por parte de las administraciones.

Precisamente estas, por sus declaraciones, parecen cada vez más convencidas de que se tratan de verdaderos monopolios de la red. Además de esto, la presión fiscal que cada vez más a menudo parece demandar la sociedad para que dichas empresas contribuyan más y mejor a los servicios públicos no parece vaya a frenarse en 2021, sino más bien todo lo contrario.

Esto no parece solo centrarse en el incremento de su capacidad recaudadora enfocada a grandes empresas y a frenar los que parecen ser los nuevos monopolios. De hecho, a nivel europeo, parece incrementarse la capacidad limitadora de la publicidad de sectores que afectan directamente a la salud como por ejemplo el del azúcar o el del juego.

Además, los nuevos medios han fomentado que se regulen cuestiones que previamente no existían y que actualmente generan ciertos conflictos como es el caso de la publicidad y promociones realizados por los conocidos como influencers.

Todavía están por ver las consecuencias económicas de la ruptura, aunque 2021 ha empezado con la garantía de un acuerdo entre partes al que se ha llegado in extremis y que ha sido alcanzado tras varias prórrogas.

Las nuevas generaciones comienzan a tener claro que la demanda de productos y servicios que necesitan no es suficiente para elegir a sus marcas y empresas. De hecho, esta generación plantea la lucha contra el cambio climático, la apuesta por la diversidad cultural y la igualdad de género como valores fundamentales con los que deben comprometerse las compañías que eligen.

Aunque muchas de esas cuestiones tampoco son nuevas, sí que es verdad que la preocupación y exigencia en 2020 por parte de los ciudadanos ha sido mayor y promete continuar en una tendencia al alza en 2021.