Los proyectos empresariales destinados a ayudar al medio ambiente tienen sus pros y contras. El reciclaje es tal vez uno de los más visibles. Esa ayuda a las empresas a deshacerse de los residuos se une a unas empresas especializadas en hacerlo con un extra añadido. Sin esa especie de subvención o ganancias que sin la colaboración estatal no existiría. Ese valor añadido que se aporta para que sea viable o represente un incentivo puede ser el factor diferencial que aporta más o menos competitividad.

Con esta premisa y de acuerdo con sus bases los proyectos o empresas reciben hasta 75.000 euros de fondos. Este dinero se destinará a la financiación de este tipo de empresas que tengan un fondo ecológico o respetuoso con el medio ambiente.

Una cantidad de dinero que va directamente a las manos de empresas verdes que son o no viables.

Sin esa inyección inicial, ayudas o incentivos, muchas no tendrán la capacidad de supervivencia o la compatibilidad que necesitan. Ese boom o nacimiento de este tipo de proyectos podría tener los días contados con un análisis financiero adecuado. Los resultados son los que marcarán la diferencia en un mundo laboral cada vez más competitivo. Las setas o empresas verdes que aparecen de la nada para ayudar al medio ambiente han proliferado los últimos años.

Una de las empresas de nuestro país consideradas verdes es AlgaEnergy. Detrás de este nombre se esconde una empresa que ha llegado al millón de clientes en su implantación en 20 países. Creada en 2009 su proyección ha llegado en los últimos años a gran velocidad, es el ejemplo de empresa verde inicialmente con pérdidas que va ganando protagonismo a medida que avanzan los años y sus colaboraciones con el sector público.

Está participada desde 2009 por Iberdrola, con el 15%, y desde 2018 cuenta con la japonesa Yokogawa que supone el 17%de la empresa. Sus principales accionistas han estado detrás de este éxito.

AlgaEnergy se ha reinterpretado como impulsora de una materia prima muy apreciada en la cosmética. Inicialmente se creó como origen de biocombustibles, pero las algas no dieron el éxito esperado y se optó por buscar otras formas de conseguir aumentar la facturación y hacer la empresa viable. La comisión europea inyectó a fondo perdido a esta empresa en 2017 1,7 millones en un nuevo proyecto o línea empresarial.

El caso de AlgaEnergy con pérdidas y grandes inyecciones de dinero por parte de fondos públicos ha acabado siendo un éxito en este último año. Pero otras empresas no han tenido tanta suerte, sino más bien al contrario. Estos fondos de dinero público a fondo perdido, sería impensable en cualquier empresa convencional. Las subvenciones no abundan y menos en temas empresariales de dudosa viabilidad. La Unión Europea es la encargada de apoyar este tipo de proyectos que buscan ayudar al territorio, pero no siempre aciertan o consiguen sus objetivos

El ejemplo de las bolsas de patatas hechas de plantas y no de plástico o el de las algas que se inició con pérdidas, son dos ejemplos de empresas verdes que pueden necesitar ayuda para sobrevivir. La sostenibilidad no siempre acaba en éxito, sino que puede acabar siendo un lastre más que no termina de ser comprendido.

En marketing juega el papel fundamental de éxito o fracaso. Vender un producto, aunque sea eco, no es fácil.

La comunicación con determinados productos es indispensable o un factor que marca la diferencia en estos tiempos de gran competitividad de todo tipo.