La modernización es sinónimo de victoria o de supervivencia en estos tiempos que corren. Las empresas apuestan por la digitalización, las herramientas que les permitan seguir trabajando a distancia. El cara a cara, la tienda de barrio de toda la vida ha dado lugar a una ecommerce que debe competir con tiendas de todo el mundo. La competencia es feroz, pero gracias a las ayudas de la administración pública puede ser todo un éxito.

El coronavirus ha puesto sobre la mesa un escenario nuevo, nada es como era antes. Desde un restaurante, hasta una tienda las pymes han recibido duramente el hachazo de las restricciones. No se puede salir a la calle, vender ciertos productos online no es nada fácil. No se puede pedir otra ronda de cervezas telemáticamente o tocar ese tejido suave del que está hecho el mejor vestido de la tienda. 

La transformación digital que se ha realizado en este año de crisis ha forzado un debate abierto. La forma en la que se han tenido que adaptar las pymes sin tiempo material de reaccionar. Como si estuvieran al borde de un precipicio y no quedará más remedio que saltar. Algunos dueños de las pymes más tradicionales se han sentido de esta manera, aunque ha acabado siendo la única forma de salir de este bache.

Según el barómetro de opinión de las pymes #LaPymeHabla realizado por CEPYME, el volumen de ingreso de más un 90% de las pymes ha descendido en mayor o menor medida. Para algunas ha sido la estocada final después de grandes esfuerzos para sobrevivir. Otros, han dado el paso definitivo, un golpe sobre la mesa de la modernización.

Teniendo en cuenta que siete de cada diez internautas se conectan para realizar compras online, es un pozo del que se puede descubrir agua o petróleo.

Para algunas pymes esta modernización les ha abierto un nuevo mercado, una forma de hacer pasar la sed del momento. Un mecanismo de supervivencia que incluso ha sido capaz de ayudar a facturar más a otras personas. Las empresas cambian y lo hacen de forma forzada, el coronavirus se ha convertido en el eje de esta transformación. Nos ha llevado a un lejano oeste tecnológico dispuestos a encontrar oro no sin antes picar y picar hasta cumplir con el objetivo.

Siguiendo la misma encuesta citada anteriormente, el comercio electrónico suponía menos del 4% del negocio de las pymes.

Durante estos meses más del 60% de las empresas planea potenciar el canal de e-commerce siguiendo las directrices de estos tiempos que corren.

Las tiendas online aparecen como única forma de llegar al cliente, aunque no es fácil conseguir el resultado deseado.

Tener una tienda online, abrirse al mundo digital, contactar con los clientes vía herramientas digitales, es la forma de sobrevivir en medio de una grave crisis. España es un país de pymes, un 90% de las empresas lo son, familiares o con pocos trabajadores forman el tejido productivo de un país que ha sido duramente golpeado por una pandemia nunca vista. En este contexto el papel de la administración pública es esencial para conseguir ayudar a las empresas a entrar de lleno en la era digital.

Un ejemplo de buenas prácticas dentro de la propia administración pública es el caso de Andalucía. La Junta ha puesto todo de su parte para ayudar a estas empresas que sufren en primera persona la crisis del coronavirus. El confinamiento comarcal o municipal, se ha sumado al cierre por horas y al toque de queda, además de los aforos limitados. Las compras no son lo que eran y las cenas en un restaurante sin mirar el reloj forman parte del pasado.

El caso andaluz se enmarca en el: “programa de Fondo Europeo de Desarrollo Regional (2014-2020) a través de la mejora de sus instrumentos de gestión, mediante la introducción de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), de su incorporación al comercio electrónico y la modernización de su imagen e infraestructura.”. 

Para una pyme es indispensable estar al día de todas las ayudas y los movimientos o inversiones que pueden ayudarle a crecer. Gracias a ellas la modernización ha sido un procedimiento más sencillo y ha estado tutorizado por la administración. Contar con los mejores expertos e invertir en la ayuda que es necesaria con o sin subvención puede ayudar a muchas empresas o volver al ruedo de las ventas o a seguir manteniendo el contacto con los clientes.